en negativo

A menudo me siento perdida, como un barco sin timón, como si fuese un ancla muy pesada al que no le han atado ninguna cuerda. Simplemente me he quedado ahí, estancada, reviviendo cosas que no me gustaron pero que ahora echo de menos, viendo que tengo por delante una agonía infernal en la que no tengo ni fuerzas para levantarme.
Siempre pasa, cuando llega el calor, y veo que todo el mundo vive, ríe, grita, y yo me paso horas en un sofá, mirando las motas de polvo flotar, sin ganas de hablar o de que me hablen, ausente, como cuando hace años me pasaba el día mirando por la ventana. Y a menudo, me echo mucho de menos.

Es como tener bloqueado el acelerador, perder la motivación para levantarme de la cama entre en un puñado de papeles arrugados, y no ser capaz de encontrarla de nuevo. Verme reflejada en un espejo hecho añicos, y no saber quién lo ha roto, ni quién es la que me mira con miedo desde el reflejo. Sé que tengo que moverme, y que llevo semanas en un perfecto estado de reposo, pero sigo sin saber hacia dónde, se me quitan las ganas hasta de coger aire.

Dan la una de la mañana y escribo desde un sitio oscuro de mi ser, en el cual no existe sol, ni luna, ni estrellas...está frío y da miedo, nunca sé cómo acabo aquí dentro, con esta apatía y amargura que me nubla la vista, sin ganas de conocer qué hay más allá. 

Me veo muy pequeñita y mi camino demasiado negro, no encuentro ni una pequeña rendija de luz por la que escapar, y no acepto limosnas envenenadas, me sientan mal.Supongo que es el camino de la penitencia que cubro cada año, para no perderme...más de la cuenta claro, porque a causas y balas perdidas ya tengo corona.
Cada poro de mi cuerpo pesa una tonelada y a menudo me despierto empapada en lágrimas.

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