Plomo
Y no tengo forma de deletrear el pesar que siento tan dentro, no comprendo como la felicidad acarrea tal dolor interno, si todos me han dicho desde el comienzo que ser feliz es indoloro, que es solamente sentir un gran gozo, y en realidad mi alma reposa al fondo de un pozo del que no sabe salir.
Cada mañana enmascaro las heridas siempre abiertas, me disfrazo de una alegría muerta, es como ponerse una careta que cada día me pesa más; me encuentro en lo más profundo del océano vestida solamente con un traje de plomo, inevitable caída a la profundidad donde nadie es capaz de rescatarme ni salvarme, carezco ya de fuerzas para gritar, no veo burbujas emanar de mis pulmones y la última vez que lo comprobé carecía de branquias que me diesen minutos más de vida.
Por momentos quiero pensar que salgo a flote, temporal salvavidas al que no permito conocer mis más tremendos dolores, no me abriré en canal aunque mi alma lo suplique, porque no hay ninguna primavera que enseñar, tiembla mi invierno interno y no albergo vida dentro. Caen derramadas mil cascadas por los hoyuelos de mi piel que a veces hacen de lagos, surcos húmedos permanentes aunque no siempre visibles, hablo con un nudo en la garganta y suspirando por un abrazo que nunca me atreveré a pedir, por si acaso tintinean mis campanas y me olvido de que no puedo abrir la puerta a mi rincón privado, donde habitan mis miedos, donde no quiero que nadie más entre a revolver entre el dolor, porque no aguantaré más heridas abiertas. Huellas de sangre y lágrimas trazan el camino de mi vida y aún no entiendo como mi corazón puede seguir latiendo tan fuerte si ya no me queda alma, ni ganas, ni ...
Lo siento, por aquellos que me quieran sacar a flote, siempre va a ser una salvación superficial porque llevo plomo dentro y no sé nadar.
Cada mañana enmascaro las heridas siempre abiertas, me disfrazo de una alegría muerta, es como ponerse una careta que cada día me pesa más; me encuentro en lo más profundo del océano vestida solamente con un traje de plomo, inevitable caída a la profundidad donde nadie es capaz de rescatarme ni salvarme, carezco ya de fuerzas para gritar, no veo burbujas emanar de mis pulmones y la última vez que lo comprobé carecía de branquias que me diesen minutos más de vida.
Por momentos quiero pensar que salgo a flote, temporal salvavidas al que no permito conocer mis más tremendos dolores, no me abriré en canal aunque mi alma lo suplique, porque no hay ninguna primavera que enseñar, tiembla mi invierno interno y no albergo vida dentro. Caen derramadas mil cascadas por los hoyuelos de mi piel que a veces hacen de lagos, surcos húmedos permanentes aunque no siempre visibles, hablo con un nudo en la garganta y suspirando por un abrazo que nunca me atreveré a pedir, por si acaso tintinean mis campanas y me olvido de que no puedo abrir la puerta a mi rincón privado, donde habitan mis miedos, donde no quiero que nadie más entre a revolver entre el dolor, porque no aguantaré más heridas abiertas. Huellas de sangre y lágrimas trazan el camino de mi vida y aún no entiendo como mi corazón puede seguir latiendo tan fuerte si ya no me queda alma, ni ganas, ni ...
Lo siento, por aquellos que me quieran sacar a flote, siempre va a ser una salvación superficial porque llevo plomo dentro y no sé nadar.
Comentarios
Publicar un comentario