Quizás tenía razón

Que esta no soy yo, que al final me he dado cuenta.
Si me quitas el dolor ya no me queda nada, ya no soy yo, que quizás yo no soy de ser de feliz.
Aunque suene estúpido, aunque carezca de sentido, no soy feliz siendo feliz
no tengo explicación para ello, solo sé que a pesar de tener todo lo que siempre he querido, me siento igual que cuando no lo tenía.
Es que yo no soy la chica de los ojos alegres, de la sonrisa, de los vestidos de colores, de las tardes de verano o primavera, la que ves y joder te saca una sonrisa. 
Siempre fui más de paseos cuando más frío hace, de la ropa negra un lunes, y un viernes también. La de las malas caras, la de la sonrisa rota.
Prefiero seguir llorando por las noches hasta que me duela el alma, seguir pensando en que que habré hecho yo mal para estar tan jodida. Prefiero eso, a esto que tengo.
Yo no puedo ser feliz, siempre lo dije, yo no tengo ese lado bueno de la humanidad.
Para que me entendáis,
soy las críticas por la espalda, a la cara y de lado, soy las puñaladas rastreras que te parten el alma, soy la persona en quién confías y luego te abandona, soy la que miente diciendo que no puede ayudarte, no soy lo que se espera, que lo de tener una vida perfecta, feliz, con sonrisas y cariño creo que no me conviene.
Me siento como un pez fuera del agua, o fuera del caos, como lo quieras ver. 
Puede que en este texto tenga yo razón, o pueda que sea estúpida y solo sea a lo que estoy acostumbrada, puede que solo esté asustada porque en este nivel no tengo experiencia. O porque ahora tengo algo que perder.
Siempre fui con las manos vacías, que lo único que podía perder era a mí misma, y eso exactamente en realidad ya, ni lo tenía. Y ahora me tengo que preocupar, no puedo ir a base de impulsos, ahora no solo pierdo yo, y me aterra, me paraliza...joder que si me paraliza.
Me paso las noches pensando si a todo el mundo le pasa igual, si de verdad esto es lo que haces cuando vives fuera de tu universo de autocompasión, si este es el precio a pagar.
Sigue sin gustarme, me sigue asustando, ¿por qué os habéis decidido a sacarme de mis tinieblas?, al menos allí dictaba yo. No os dais cuenta ¿no?, que mi madre siempre dijo que alguien como yo nunca iba a querer de verdad, que nunca iba a ser capaz de arriesgarme a tener algo que perder...y es verdad.