La velocidad del tiempo

El agobio de tanta gente a mi alrededor, empujones, ruido. Me gustaría rasgar ese mundo con un grito. Un grito que haga que todo vaya más lento, que el tiempo dejase de echar carreras con nosotros y que la calma vuelva al fin a mí, a nosotros, a todos los que creemos que el mundo va muy rápido. Como si dependiésemos de esas compras de última hora. Luego me dicen que porque no voy de compras... Y luego frío, una carretera mojada y unos huesos entumecidos por la humedad de una ciudad con playa. Una playa solitaria, fría y triste en el invierno en la que parece facil perderse y que el mar hace desaparecer. Durante los veranos no es más que un testigo de los primeros besos torpes de algún niño que cree estar enamorado. Los míos por ejemplo. Me recuerdo con ilusión y con el cuerpo temblando, después ...nada... Desilusión. Esperaba demasiado de aquél primer momento o quizás es siempre así quién sabe con estas cosas. Al final todo termina igual, y es perder el tiempo. Indifere...