Albaricoque

Duele, me come por dentro. He vuelto a esos días en los que todo me pesa demasiado para moverme, demasiados pedazos rotos que trato de olvidar mas no lo consigo. Hay heridas abiertas y el recuerdo de un miedo al que no quiero regresar. Tengo una puerta abierta y aunque a veces la veo temblar, no voy a dudar, esta vez no, que se derrumbe el mundo y me quede yo solamente de pie, que no importa, que ya no importa. Odio los números impares y me queda un mes para llegar a una fecha de color verde y amarillo que no me gusta en absoluto, pero sé que sigo cumpliendo muchos menos por dentro, lo dice la ventana abierta incluso lloviendo por si vuelve mi Peter pan, el desastre sin memoria por bandera, cogerme la oreja para dormir y soñar muy mucho con los ojos abiertos; porque me da miedo cerrarlos, porque quizá no esté cuando los abra, ¿es esto un sueño? La imperfecta imperfección de la imperfección nunca puede ser soñada, el idealismo nebuloso lo impide, ergo debe tratarse esto de una...