Septiembre

Septiembre.
Has llegado demasiado pronto.

Recuerdo todavía la ilusión que se reflejaba en mi rostro y en el de todos mis compañeros cuando el día 3 de Junio terminamos al fin la temida selectividad. Nos había costado horas de sueño, lágrimas, pesadillas, y mil "no apruebo", pero lo habíamos hecho, habíamos terminado, la suerte estaba echada y aunque desconocíamos el resultado...no importaba, a todos nos brillaba la mirada, porque fuese mal o bien, el alivio se abría paso entre nuestras preocupaciones.
Una semana después, 10 de Junio, comenzaba el mejor verano de nuestras vidas, o eso nos aseguraba cada profesor que nos veía pasar con corbatas, vestidos, y una ancha sonrisa. Diplomas, deseos, ilusión y muchas ganas de abandonar el edificio para dar rienda suelta a la emoción de tener tres meses para hacer realidad mil planes y sueños. 

En estos meses, con el sol en lo alto por testigo, puedo decir que he vivido, he disfrutado de la libertad, me he soltado después de seis años el reloj de la muñeca y he decidido aprender a vivir sin horarios temporalmente , también he apagado todas las alarmas del móvil, incluso aquellas que tenían de nombre "vacaciones", porque he aprendido que no son vacaciones si a las nueve de la mañana una vieja canción de metal me ametralla los oídos. 
He conocido gente, y luego la he dejado marchar, he encontrado un amarillo, esas personas que están en un determinado momento de tu vida, pero que no se quedan para siempre, me ha dolido su marcha, pero a día de hoy creo que hice una buena elección. He llorado de risa y de tristeza, he completado los 3 días seguidos de fiesta (aunque como consecuencia me pasase uno entero en la cama con fiebre), y he estado en el mar hasta tener la piel de los dedos arrugada. Creo que puedo decir que me he encontrado a mí misma, a las cosas que me gustan pero había olvidado, y he sacado un rato de paseo a la niña que me niego a dejar ir.

Pero ha llegado septiembre, he visto como se apuraban los últimos días de agosto por este temido mes, el septiembre de las recuperaciones, y de las despedidas. Aún es día tres, y ya he dado abrazos entre lágrimas a amigos que tardaré muchas lunas en ver; compañeros que se van de erasmus, en busca de nuevas oportunidades, o nuevas vidas,pero tan lejos de la mía que duele. 
Quiero pensar que este mes no es solo el mes de las despedidas, sino también el de las nuevas oportunidades. Nuevos amigos, nuevo instituto, colegio o universidad, nuevas clases y nueve meses por delante antes de volver al calor del verano. 
Septiembre sé bueno conmigo. 


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