Gracias
Recuerdo sus ojitos brillantes de expectación cuando llegué. Curiosos frente a nueva asignatura y nueva profe. Casi tan nerviosos como yo que, por primera vez, pisaba un aula. Quizá esta no sea mi primera promoción, la primera que acompaño hasta el final del bachillerato, pero sí los primeros a los que acompañé durante dos años enteros. Cogí a un grupo de críos de quince y dieciséis años y les llevé de la mano a la puerta de la universidad cumpliendo la mayoría de edad. El año pasado decía que eran mis niños, y lo sigo diciendo. Han sido protagonistas de mis primeras veces, primeros errores y aciertos, dudas y confidencias. He aprendido tanto de ellos... quizá incluso más de lo que les he enseñado. Con ellos me he reído, me he enfadado y he mejorado como profe, o al menos eso quiero creer. Nos hemos mejorado mutuamente. Y es que, a lo tonto, hemos terminado 2º de bachillerato, con baches, días malos y no tan malos, anécdotas y riñas, pero hemos llegado. Cuando qu...