Ahora soy yo

Me encontraba en un pozo profundo, del que creí no saber salir nunca. Braceaba tratando de no ahogarme, de mantenerme a flote pero, siendo sincera, no creí que aquello fuese a durar mucho. Tenía -y tengo- pavor al fracaso, me veía inútil frente a la pluralidad de éxitos que veía frente a mí, incluso cuando no eran para tanto alboroto. No era capaz de comprender que el éxito de otros no era mi fracaso, y eso estaba emponzoñando mi alma. Recuerdo estar frente a una taza caliente de nesquick, en un día no tan frío como parecía, lamentándome porque aquel que había hecho las prácticas conmigo, y había obtenido más nota en ellas, acababa de empezar a trabajar en un colegio privado. En uno de tantos a los que yo había mandado el currículum sin ninguna novedad. No era consciente de que, en apenas un día más, iba a recibir la esperada llamada, aquella que jamás esperé llegar a responder. Llegó el esperado día, el día D. Pasé tres horas hablando con diferentes personas, mostrando la mejor d...