18 ángeles para la niña de los ojos tristes
Me paso todo el año tachando días en el calendario, días buenos, malos, o simples días marcados por la rutina, esperando a que llegue este momento, esperando a que estas fechas, cubiertas de hojas de colores marrones, y naranjas, calabazas, fantasmas, e historias de terror, me arreglen un poquito por dentro.
Los años pasan, y yo sigo esperando, esperando a que un día por arte de magia llegue un punto de inflexión, y todo cambie, me den una nueva vida, una vida que al menos no me pese tanto en la espalda.
Puedo decir que soy la representación de la esperanza, siempre con la vista clavada en las estrellas esperando a que por algún casual, me revelen la misteriosa respuesta a todo mi dolor interno, a pesar de que sé, que ellas no me van a dar la ansiada solución a nada.
Simplemente necesito aferrarme a algo, a algo que por un momento alivie este sufrimiento.
Los años pasan, y yo sigo esperando, esperando a que un día por arte de magia llegue un punto de inflexión, y todo cambie, me den una nueva vida, una vida que al menos no me pese tanto en la espalda.
Puedo decir que soy la representación de la esperanza, siempre con la vista clavada en las estrellas esperando a que por algún casual, me revelen la misteriosa respuesta a todo mi dolor interno, a pesar de que sé, que ellas no me van a dar la ansiada solución a nada.
Simplemente necesito aferrarme a algo, a algo que por un momento alivie este sufrimiento.
1 de octubre
De verdad parece que este año es el indicado, es el año por el que he estado esperando toda mi vida, va a cambiar, lo sé, lo siento, estoy segura de que cuando termine el mes, no habrá barranco, ni miedo, ni alas cortadas que aún sangran...lo creo de verdad.
29 de octubre
Repaso con una triste sonrisa en la cara, las inocentes palabras que he escrito hace casi un mes, y soy incapaz de encontrar algún rastro de ese optimismo que tenía cuando esta carretera estaba comenzando.
¿A quién quiero engañar?
De nuevo me encuentro con lágrimas recorriendo mis mejillas, la mirada apagada, y las heridas abiertas, como cada 29 de octubre desde que tengo memoria. Es la vista previa a la tortura emocional que va a ser el día siguiente...30,30,30 ¿por qué suena tan bien cuando duele tanto?.
Como me desgarra el 30 de octubre, clavando sus garras afiladas en mi débil corazón, como si no tuviese ya suficiente, como si pudiese huir, como si no llevase dos enormes cadenas en los tobillos y no tuviese sesgadas las alas y las ilusiones. Dejadme por favor, olvidad mi existencia, mi voz, mi cara...por favor.
Un número cosido con gritos, llantos, amenazas, dolor, lágrimas, besos, ilusiones, sueños...rotos, inseguridad, miedo...adornado con los brillantes fragmentos que ha ido dejando mi alma por el camino, rompiéndose sin remedio. Tan bonito como triste supongo.
Y siempre llega, como una dulce promesa de cambio, de felicidad...pero nunca lo es, termina siendo destrucción, caos, y una vuelta al pasado que nunca estoy preparada para hacer.
Felices 18 a la niña de los ojos tristes
a modo de buenas noches...
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