Plutón y no satélite

Hubo un tiempo en el que pasé de ser un eclipse a ser el rayo de sol que más calienta. Hubo un tiempo en el que pensé que esto era un sistema de dos soles gemelos, prácticamente iguales, que brillaban a la par. Pero han pasado los meses de este calendario engañoso, y cada vez más me veo como un satélite de uno de los planetas más grandes de este sistema, y mi fama se basa en el planeta, pero yo nunca quise que así fuese. Mi naturaleza no es la de ser satélite, aunque intente disimularlo, aunque ponga buena cara y muchas sonrisas falsas, aunque no corran lágrimas por las mejillas, por dentro tengo un bombardeo de asteroides que me deja cada vez más en ruinas. Las ruinas de un monumento en honor a este sentimiento que mordisqueaba mis entrañas, que me producía alucinaciones en las que creía que yo brillaba, cuando en realidad me estaba haciendo cada vez más pequeña a su lado. Yo no nací para ser satélite; mi alma clamando a Plutón, disperso, alejado y frío, pero no satélite, no girando a...