De mayor quiero ser valiente

Había escrito doscientas veces la carta de despedida, había enumerado cada uno de los motivos por los que estaba haciendo esto, y me los había aprendido de memoria, para poder explicarte el torbellino de emociones que he sufrido todos estos meses. Pero nunca me salen las cosas como yo quiero, he olvidado por un momento todos y cada uno de los puntos, mi lengua se hizo un nudo, y no fui capaz de decirte nada con sentido. A la tercera va la vencida, incluso para las cosas dolorosas, y las batallas perdidas. Me temblaban las manos, y me fallaban las rodillas, sentía frío en el hueco de mis costillas, en el mismo punto en el que me acariciabas a veces, y no era difícil ver que aquello me estaba desgarrando por dentro, pero de vez en cuando, hace falta soltar la carga, volar un tiempo a solas y encontrarse de nuevo, sobre todo si llevas dos años naufragando. Por ello, hoy me he puesto mis zapatos preferidos, me he sujetado el pelo en una coleta alta, y me he intentado convencer de ...